Tango
Celebramos nuestro décimo aniversario con la obra de la dramaturga Patricia Zangaro
El Desván de los Deseos presenta el que será su sexto espectáculo, coincidiendo con la celebración del décimo aniversario de la compañía; y en esta ocasión tan especial, lo queremos celebrar con el brillante texto de la dramaturga argentina Patricia Zangaro.
Patricia Zangaro es una dramaturga bonaerense ampliamente reconocida y premiada, cuyos textos dramáticos han sido traducidos a varios idiomas. Discípula de Osvaldo Dragún (dramaturgo argentino que fue uno de los promotores del Teatro Abierto), también ha sido alumna del dramaturgo español José Sanchís Sinisterra.
“Tango” es un texto a la vez complejo y hermoso. Su propia autora lo ha definido como una “ceremonia erótico tanguera”.
La lacra de la violencia de género
Desde El Desván de los Deseos hemos querido centrarnos en la parte más ceremonial y en el análisis de la relación que une a los dos personajes protagonistas, un hombre (profesor de tango) y una mujer (su nueva alumna). La acción de la pieza se desarrolla en lo que sería su “primera clase juntos”. ¿O no sería la primera?
Cualquier acto de violencia modifica la relación de los individuos entre los que se establece. La violencia de género es una lacra en nuestra sociedad y aunque cada vez es mayor el número de denuncias, todavía existe un caldo de cultivo muy extenso a lo largo del mundo que ampara estos comportamientos.
Factores como la educación en desigualdad, creencias religiosas, conceptos erróneos y arcaicos de lo que debe ser un hombre y una mujer, hacen que todo ello siga perdurando. Tango nos habla de dominación, de maltrato, de abuso de poder; todo ello contado a través del que puede considerarse como el baile más erótico y sensual que existe, y que para más inri, tiene que bailarse en pareja.
La aparente sencillez del texto esconde en realidad un lenguaje crudo, directo, frases cortas a modo de golpes continuos entre los dos personajes. Un combate dialéctico en toda regla. Sólo un muro derruido y un metrónomo son testigos, y a la vez un personaje más, de esta pieza tan especial. Una ceremonia en la que el espectador se convertirá, aún sin querer, en un feligrés atento al dogma que se les presenta.